Cierre fronterizo cerca aún más a Pymes en Carabobo
Alfredo Fermín
Muchos de los productos que se intercambian en la frontera son producidos en Carabobo por lo cual es un error el cierre de la frontera con Colombia, porque el problema no es la extracción sino el atractivo de los precios.
La afirmación la hace Jonatan Aldana, nuevo presidente de la Cámara de Pequeños, Medianos Industriales y Artesanos, el gremio que más agrupa empresarios en la región central del país.
Aldana, quien ha sustituido en Capemiac a Víctor Zerpa, afirma que con el cierre de la frontera colombiana se generarán más trabas económicas, porque el problema está en los diferenciales de precios entre productos a un lado y otro.
– El Gobierno se queja, observó, de que se llevan la gasolina para Colombia y la contrabandean. La razón no es esa, el problema es que la gasolina es más barata que en Colombia porque aquí está subsidiada, prácticamente regalada.
A esos precios hay un negocio con rendimiento increíble porque si aquí, una pimpina de gasolina vale tres bolívares, allá la venden en diez mil bolívares. Lo que se debe hacer es sincerar el precio de la gasolina de acuerdo con los estándares internacionales.
– ¿Si el Gobierno sabe que hay contrabando de gasolina por qué permite que ingresen a los estados fronterizos tanto combustible?
– Da la impresión de que hay interés de que esa gasolina se vaya para allá para que alguien se enriquezca. Está bien que el producto sea barato para los venezolanos, pero la gasolina se va. Quien lo permite y quien crea las condiciones para eso, es un asunto difícil de definir. Hay sospechas pero uno no puede hacer afirmaciones sobre un problema tan complejo. El contrabando tiene muchos protagonistas tanto de un lado como del otro.
Jonatan Aldana, profesor jubilado de Economía Administrativa en pregrado y postgrado de la Universidad de Carabobo, dijo que uno de los principales problemas que encontró en Capemiac es la política económica del Gobierno que no está diseñada de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda y los principios que tienen que ver con la voluntad entre las partes para intercambiar.
– Lamentablemente, todas las actividades se están realizando con una ideología centralizada que piensa más en la distribución de la riqueza que en su generación.
Cuando hay este planteamiento, en el que lo primordial es la distribución, nos encontramos con embotellamientos en la forma como los bienes y los servicios deben llegar al consumidor. Hay mucha ineficiencia que ha producido todos estos problemas. Nosotros, como pequeños y medianos industriales, necesitamos de la materia prima que, por no producirse en el país, hay que importarla. Pero el acceso a las divisas para traerlas es más difícil porque el único que está importando es el Gobierno. La empresa privada no tiene acceso a la importación y esto agrava la situación por lo cual los empresarios han tenido que defenderse con inventarios que tenían, pero ya están en un punto crítico.
Es más, se puede decir que la pequeña y mediana industria está trabajando a un ritmo de 52% en promedio. Lo han hecho gracias a que se están prestando materiales unos a otros. En los sectores metalmecánico y del plástico se hace mucho. Les llega mercancía y se la dividen y con esto, de cierta manera, se está prolongando la actividad, aunque hay líneas que están paralizadas. Si una empresa de plástico tiene cuatro productos, hace dos porque el material no alcanza. Gracias al mutuo apoyo, la producción se mantiene pero el nivel es muy bajo.
– ¿Qué se está produciendo?
– Plástico, rejilla, productos metálicos, productos de artes gráficas, partes para empresas automotrices grandes, tapicería, alfombras pero esas empresas también están deprimidas.
– ¿Si se puede producir por qué tanta dependencia de las divisas?
– Por la materia prima. El plástico y los polímeros necesitan ciertos aditivos para que sean resistentes y tengan durabilidad. Hay elementos mecánicos que no se consiguen en el país. Teníamos materiales de las empresas de Guyana, pero ahora no están produciendo.
– El Tablazo se reactivó y la gente del plástico está comenzando a tener cierto alivio. De todos modos se necesitan muchos aditivos, en especial para las artes gráficas.
Problemas con la mano de obra también ha incidido muchísimo en la producción. Estamos sufriendo las consecuencias de una Ley del Trabajo que tiene una serie de condiciones que reconocemos buenas para tener al trabajador en las mejores condiciones. El Gobierno creó institutos y formas de atender bien al trabajador pero la ley tiene características que hacen que el trabajador lejos de promover la iniciativa para superarse hay normativas que lo aletargan y lo hacen poco dispuesto al trabajo, porque sabe que si tiene mala conducta, deteriora equipos difícilmente puede ser despedido por lo cual se ha venido creando esa mala práctica que como sabe que es muy difícil que lo despidan por más que haya incurrido en una pena. Desprenderse de un trabajador aunque no sea productivo es difícil por la inamovilidad laboral.
Si quieres otro trabajador, metes uno nuevo pero aumenta la nómina, produce ineficiencia y contribuye a encarecer los productos.
– ¿Cuáles son las consecuencias de los controles de precios en las empresas afiliadas a Capemiac?
– Los controles de precios deben ser medidas puntuales por un determinado período, para corregir detalles. Los controles no pueden permanecer por mucho tiempo porque fracasan y, mientras tanto, la electricidad, la materia prima y la nómina continúan creciendo y el precio sigue igual; los costos superan al precio de venta por lo cual se produce en condiciones de pérdida. Cuando el productor ya no aguanta más el producto desaparece del mercado y se presentan situaciones como las que estamos viviendo. (6 de Sept. 2015/Diario El Carabobeno )